miércoles, 10 de diciembre de 2014

La eficiencia energética necesita el empujón de un buen plan de ayudas.

Cuando vamos a hacer una reforma tan importante como es la rehabilitación de una fachada, conviene tener en cuenta cualquier tipo de ayuda que podemos recibir por parte de la administración y estudiar todos los detalles para su viabilidad.


Ya han pasado más de 6 años, desde que la UE aprobó un compromiso para combatir el cambio climático conocido como objetivo 20-20-20. Esto consiste en la reducción del 20% de emisiones de gases de efecto invernadero, reducción del 20% del consumo de energía y un aumento del 20% de la energía primaria consumida procedente de fuentes renovables.

La Directiva 2012/27/UE, relativa a la eficiencia energética, obliga en su artículo 4 a los Estados miembros a desarrollar una estrategia para movilizar inversiones en la renovación  exhaustiva y rentable de edificios residenciales y comerciales, con el fin de mejorar el rendimiento energético del parque inmobiliario y reducir el consumo de energía. Tenemos que tener en cuenta que el 40% del consumo de energía total, pertenece a edificios residenciales y comerciales.  

Con este motivo, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, a través del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía) presentó en septiembre de 2013 un programa de ayudas para la rehabilitación energética de edificios existentes del sector residencial, que estará vigente hasta finales del año próximo.

Por otra parte el Ministerio de Fomento tiene el Plan Estatal 2013-2016 de ayudas a la rehabilitación de edificios y regeneración y renovación urbanas, que con un importe de 418 millones de euros se destina, entre otras, a trabajos de eficiencia energética y donde puede tener cabida la reforma de nuestra fachada. En este caso depende de las comunidades autónomas y lamentablemente muchas de ellas no han hecho los deberes, de manera que muchos ciudadanos no pueden tener acceso a estas ayudas.

Centrándonos en el IDAE, tenemos que el presupuesto para las ayudas es más bajo que el anterior, de tan sólo  125 millones de euros, pero se pueden solicitar a nivel nacional. Este importe se destinan de manera equivalente a cuatro actuaciones principales:

1. Mejora de la eficiencia energética de la envolvente térmica.
2. Mejora de la eficiencia energética de las instalaciones térmicas y de iluminación.
3. Sustitución de energía convencional por biomasa en las instalaciones térmicas.
4. Sustitución de energía convencional por energía geotérmica en las instalaciones térmicas.

Centrándonos en el primer punto de estas actuaciones, que es el que afecta a la rehabilitación de fachadas, el IDAE nos define la envolvente térmica del edificio como aquella que compone el cerramiento del propio edificio que separan los recintos habitables del ambiente exterior (aire, terreno y otro edificio) y las particiones interiores que separan los recintos habitables de los no habitables, que a su vez estén en contacto con el ambiente exterior.

En esta primera de las actuaciones, las ayudas tienen una modalidad combinada de entrega dineraria sin contraprestación y préstamo reembolsable.

De esta manera tenemos que la entrega dineraria podrá ser de una cuantía del 30% del coste elegible de la actuación, siendo de un límite máximo de 3.000 €/vivienda en edificios del sector residencial.

El préstamo reembolsable podrá ser de hasta el 60% del coste elegible de la actuación y con un límite máximo de 6.000 €/vivienda. En este caso el tipo de interés es del Euribor +0,0% y el plazo máximo de amortización será de 12 años (incluido un período de carencia opcional de 1 año) y serán prestamos formalizados en escritura pública, cuyos gastos serán por cuenta y cargo del beneficiario.

Ahora bien, ¿que entra dentro del "coste elegible" de la actuación?. Pues según podemos ver en el Anexo 1 de este plan, se incluyen los siguientes conceptos:

- Coste de instalación y obra civil asociada para soluciones constructivas convencionales tales como reforma de fachadas, cubiertas, mejora de carpinterías exteriores, vidrios y protecciones solares.

- Coste de instalación y obra civil asociada para soluciones constructivas no convencionales como medidas de "arquitectura bioclimática", como son muros trombe, muros parietodinámicos, invernaderos adosados, sistemas de sombreamiento, ventilación natural, etc.

- Instalaciones auxiliares necesarias para llevar a cabo esta actuación, como andamiajes o grúas.

- Honorarios profesionales satisfechos para la elaboración del certificado de eficiencia energético.

- Coste de redacción de los proyectos técnicos relacionados con la actuación, así como costes de la dirección y ejecución de la obra o instalación.

No se pueden incluir como coste elegible, las licencias correspondientes, tasas, impuestos o tributos y no se podrá incluir ningún gasto facturado con anterioridad a la presentación de la solicitud.

Desde el punto de vista técnico, para poder optar a estas ayudas tenemos que acreditar la mejora mínima de una letra en su calificación energética (escala de siete letras que va de la A a la G), medida en la escala de emisiones de dióxido de carbono (kg CO2/m2 año. Para ello habrá que hacer un informe de evaluación de edificio y asegurarnos que el certificado de eficiencia energética después de la actuación a realizar, nos permita esa mejora de al menos una letra.


Desde el punto de vista administrativo también tenemos que cumplir una larga serie de requisitos como son:

- Poseer la nacionalidad española o la de alguno de los Estados miembros de la Unión Europea o del Espacio Económico Europeo o Suiza. En caso de extranjeros no comunitarios, deberán tener residencia legal en España.

- No tener pendiente obligaciones de reintegro de subvenciones o ayudas, efectuando una declaración responsable.

- Estar al corriente en el cumplimiento de sus obligaciones tributarias y con la seguridad social, acreditando de manera adecuada.

Estas ayuda no son compatibles con otras para la misma actuación o finalidad y el plazo de solicitud es hasta el 30 de octubre de 2015.

No obstante, mi consejo personal a la hora de estudiar cualquier tipo de ayuda, es buscar el asesoramiento de un técnico experto en eficiencia energética y que nos de la solución para  conseguir todos los requisitos que nos pide la administración.

lunes, 19 de mayo de 2014

"Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".

Seguro que la frase la has oído muchas veces y como sabes el autor es el científico más importante del siglo XX, Albert Einstein. Parece algo obvio, aunque en el  sector de la construcción no lo es tanto.

Hace años un amigo arquitecto me hizo una reflexión muy interesante que hizo que me planteara la construcción como una especie de laboratorio de ensayos. Recuerdo que estaba lloviendo y le acerqué a su casa en mi coche. En medio de un atasco por Madrid, me dijo: “Santiago, ¿te das cuenta que en miles de años los arquitectos todavía no hemos evitado que entre agua  en las viviendas y sin embargo los ingenieros en apenas 100 años han conseguido que no entre ni una gota en cualquier vehículo?”.
Aquello me hizo ver la falta de imaginación con la que se afronta los problemas del día a día en las obras. Ante un problema, lo normal es acudir a una solución convencional, buscando en ella una garantía que, a menudo sabemos de antemano que no vamos a encontrar.                                      
Como ejemplo, contaré que a finales de 2010 contraté la ejecución de la construcción de una vivienda de unos amigos en un pueblecito de Guadalajara. La parcela se encuentra en las afueras del pueblo y las calles de acceso son muy estrechas. Además de este inconveniente, las tuberías de abastecimiento de agua estaban en muy mal estado y las calles no estaban completamente asfaltadas, con el riesgo real de que reventara al paso de un camión o grúa de gran tonelaje.
Todo esto hacía inviable el uso de un encofrado tradicional para hacer todos los muros de contención de la planta baja. La solución la encontré en el uso de materiales ligeros que normalmente no se destinan para ese fin. Como se pude ver en la foto de la derecha, usamos unas chapas grecadas de 0.6 mm. de espesor y perfiles galvanizados conformados en frío de 1.5 mm. de espesor. La imagen puede resultar inverosímil, pero aguantó el hormigonado con bomba de este muro de 3 metros de altura y 30 cm., de espesor. ¿Temeridad?, a juzgar por el resultado no, porque todo funcionó según lo esperado.
En mis 23 años de profesión como Arquitecto Técnico, he tenido la ocasión de ver la construcción desde muchos ángulos, trabajando la mayor parte como freelance. Pero es la experiencia en estudio de proyectos de obra para las principales empresas del sector, la que me ha dado una visión amplia de las soluciones planteadas por los proyectistas y de cómo algunas de ellas no acaban de resolverse de manera satisfactoria. 
Siempre me ha llamado la atención que no se buscara una solución al problema de aislamientos de puentes térmicos en fachada, y por ese motivo, a finales del 2011 presenté la solicitud de patente de un sistema para aislar los cantos de forjado. 
A partir de ahí, empecé a estudiar el mundo de los cerramientos, sistemas existentes, acabados, estructuras auxiliares, etc. Cuando a uno le mueve la pasión por su profesión y empieza a investigar en un campo tan amplio como es este, no encuentra límites y en seguida te das cuenta  que está todo por hacer. Por el momento, los sistemas que veo en el mercado de fachada ventilada son muy similares y parecen copiarse unos de otros, introduciendo pequeñas mejoras, pero sin dar pasos decisivos en busca de la sencillez, la eficiencia o la economía.   
En mi opinión, en el mundo de la construcción hay grandes avances y mucha innovación, pero se distribuye de manera muy asimétrica. Los arquitectos no dejan de sorprendernos con proyectos absolutamente espectaculares, muchas empresas desarrollan materiales revolucionarios y que desafían la lógica, el campo de los aislamientos no para de sacar al mercado nuevos materiales a cual más eficiente, se hacen autenticas obras de ingeniería en el caso de rehabilitaciones, la prefabricación o industrialización de los procesos cada vez está más presente, pero aún así, creo que nos cuesta mucho cambiar procesos constructivos poco efectivos y que pueden ser perfectamente sustituidos por otros más productivos.
En definitiva, si queremos cambiar este mundo nuestro de la construcción y hacerlo competitivo, tenemos que usar  la creatividad e imaginación, apostando decididamente por la innovación.  
Santiago Hernández
CEO favenli